martes, 19 de junio de 2012
HINDU LOVE GODS
Negado para el análisis minucioso y cada vez mas convencido de la inutilidad del dato , me detengo en una estación que aun pasada la mayor de las veces por alto se nos descubre importante en la peripecia vital y artística de Zevon ; es justo el momento en que pudo comprobar con mayor virulencia y desde la ruina íntima que no hay zonas intermedias , que estas ebrio o sobrio , arriba o abajo , demenciado o lúcido , por eso este disco no resulta autocomplaciente ; es mas , no sé si es considerado disco oficial pero es un disco totalmente zevoniaco ; es curioso que siendo un disco tan directo y espontáneo resulte tan difícil su abordaje hasta el punto de llegar a la conclusión de la inutilidad de su intelectualización ; me limito por tanto a extraer alguna idea inconexa derivada de una escucha un tanto obsesiva , siempre predispuesta al aprendizaje cuando se trata de Zevon , a quien confieso haber aprendido a interiorizarlo poco a poco en los últimos tiempos y en una madurez mal aceptada ; siempre me ha gustado y llegado mucho pero hoy , y creo intuir porqué , me llega mucho más nítidamente o al menos lo advierto hoy como algo realmente verdadero ( o verdaderamente real ) entre tanta falsificación y duplicado .
En estos surcos se adivina la complicidad entre maestro y discípulos en un momento mágico , beodo y desacomplejado en el que no hay interés ninguno por pulir ni sonido ni actitud , respetando la primera toma , encontrando aun no buscando la urgencia comunicativa de unas versiones clásicas de clásicos del blues ; el entramado rítmico que los miembros de REM ( en un momento magnífico y eufórico en su carrera , recientemente grabado el urgente y referencial Reckoning ) ofrecen es un despliegue sobrado de técnica y oficio , pero es Zevon sobre todo el que hace un recorrido emocional por todos sus afluentes estilísticos descubriéndose ( una vez más , estamos siempre hablando de un intelectual musical de profundos conocimientos ) como un gran conocedor del patrón , del cánon del blues ; no sólo en la forma , reactualizándolo , sino también asumiendo y haciendo suyo la propia y constante contradicción de la que viven los viejos blues : la recreación de historias de duro dolor humano cuya finalidad es precisamente la de combatir el sentimiento de dolor , de angustia vital ; cuando escuchas estas escocidas y lúdicas versiones es cuando te das cuenta de que es desde estas desde donde Zevon construye su cancionero , alimentadas en la contradicción humana y envueltas en corrosivo cinismo ; por esto mismo puedo afirmar que en Zevon no encuentro respuestas pero si pistas , hallazgos de su oscilante estado de ánimo , de muy dificil doma .
Un disco disfrutado mayormente en la carretera y con el volumen a tope , ese volumen que casi puede uno visualizar de aquellos contados bolos en el 40 Watt de Athens en los que además de muchas de las versiones en este disco recogidas también hicieron escocidas reinterpretaciones de canciones de Patti Smith y del propio Zevon , ay , lo que daría por haber estado allí ¡ ; en el caso de estos registros que vieron la luz en 1990 y que originó un malentendido entre las dos partes nunca solucionado - parece mentira que lo que nació desde la más profunda admiración terminase como el rosario de la aurora tras un nuevo y hábil movimiento de mercadotécnia - se comprueba desde los primeros acordes que no tuvieron la más mínima intención de experimentar , más bien al contrario , fueron al grano : sabían muy bien lo que querían decir y como lo querían decir ; es este precisamente uno de los valores no escondidos de Hindu Love Gods , que siendo un simple ejercicio de entretenimiento se nos descubra como una grabación tan directa , inmediata y vital ; porque no deja de sorprender que la mayoría de aquellas canciones que antaño arrastraban sus acordes en desesperanzada cadencia nos suenen en manos de REM y de Zevon de forma tan intensa , vibrante , eléctrica , casi entusiasta ; casi podemos ver el recelo y la no disimulada indignación de los más puristas del blues al escucharlas , tiene que ser terrible no saber o no poder admitir que la música , como toda actividad humana ( energía al fín ) está sujeta al cambio , a su propia transformación , condenada felizmente a evolucionar .
Creo que es una estación en la que merece la pena apearse ; aunque admito que en estos covers , que casi rozan la aspereza del garaje más primario , no subyacen la fértil pugna y purga emocional de las propias composiciones de Zevon , esta experiencia nacida casi de un rescate in extremis resultó ser un perfecto vehículo expresivo para Zevon en un ambiente en el que se movió como pez en el agua , una atmósfera que retroalimentaba su ego , distendida , desprejuiciada , ebria ; un ambiente que queda perfectamente retratado en una grabación que disfruto y contemplo como necesaria para completar la cartografía de un mundo particular , ebrio y lúcido al tiempo , y genial.
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le ha quedado cojonuda la reseña que, por otra parte, resulta inspirada e inspiradora, vamos, que me voy a oirlo ipso facto. Abrazo Jesús y gracias!
ResponderEliminarJoer, amigo Jesus, qué buenos recuerdos me trae este disco pero querría destacar esta vez sobre todo tu post, fantástico.
ResponderEliminarDesconocía que el disco fuera de las sesiones de la etapa del Reckoning ni que acabaran como el rosario de la aurora. Por cierto, supongo que conoces la versión original del "Battleship Chains" de los gloriosos Georgia Satellites. Un abrazo.
My twin, thanks!you are the poet!
ResponderEliminarTe digo: yo a cuenta de este especial entiendo más a WZ, mucho más. Está siendo un placer inmenso.Un abrazo, ya queda menos para Bob.