Comentaba el buen amigo Savoy el otro día acerca del pase de John Paul Keith en el Boite madrileño que el rock´n´roll está más vivo que nunca cuando hay buenas canciones y se expone limpiamente sobre el escenario con actitud y clase como deja bien claro el chico de Tennessee , totalmente de acuerdo
aunque no pueda desplazar las sensaciones tan distantes y contradictorias que esa afirmación me produce tras haberlo
disfrutado anoche en la sala
explosivo de Zaragoza ; un concierto de los que crean afición …. si hubiera público receptivo a este rock´n´roll básico y auténtico
, genuino y renovado que tan bien sabe expresar este genio delgadito elegantemente
vestido de negro ayer que hace mis delicias desde aquel muy new wave Spills & Thrills ; aun dando continuos botes hubo momentos en que sentí ganas de echarme a llorar por tanto que estaba disfrutando ( por momentos me pareció ver la reencarnación
de Buddy Holly , tiene mucho de él… ) todo un rotundo repertorio ( canciones , grandísimas CANCIONES ) de asimilación de todo el rock´n´roll primario y primigenio que sí , lo estaba
sintiendo , al menos en mí , más vivo que nunca , todos los palos fundidos en uno , un viaje
fantaseado por Memphis , Nashville y Nueva Orleans comprimido en los acordes de una
telecaster joven y muy versátil . John Paul Keith , desde un respeto profundo a los orígenes de
este ritmo universal y contagioso del primer acorde del rock´n´roll , se maneja como un consumado experto en deconstruir y hacer nuevo lo viejo , que
no lo caduco , lo regenera , lo expande
; por eso lamento aun más el actual estado de las cosas al constatar una vez más el nulo interés por la cultura rock extendida entre los más jóvenes empeñados en seguir un
guión ya procurado : con la única excepción de mi hijo Francisco , 17 años
, los cuatro gatos que asistimos - unas
60 personas , sombrerito arriba
boina abajo – peinábamos más de una cana y pudimos compartir
momentos de verdadera música euforizante
y estimulante , aun cuando a más
de uno de primera fila le hubiese dado igual
que hubiese estado tocando en ese
momento la charanga del tío Honorio , así es Zaragoza , tan bulliciosa y tan
rural , tan goyesca y dramática , tan acogedora y natural
…
Cierto , querido
Savoy , traigo esa misma sensación de que el rock´n´roll sigue estando vivo y en muy buenas manos como la de este nuestro genial Juan Pablo
pero me temo que llega a un limbo inviable sin el público interesado y necesario que lo mantenga y cubra sus necesidades y haga posible su
subsistencia .
Magnífico pase el de John
Paul Keith rematado por dos clásicos rotundos y eufóricos : Oh ,
Carol y I Can Help ; curiosa y emocionante
coincidencia para uno con esta última al no parar de sonar durante estas semanas en
casa el caleidoscópico y panorámico disco
de Billy Swan de 1974 ; un gran gran pase , de los que generan afición y alimentan la ilusión.